Saturday, April 18, 2020

En Español: Enseñando yoga en tiempos de la pandemia

Cloud Study por John Constable
Por Jivana Heyman, traducción al español de Alma Durán

Ya me tocó vivir una pandemia—en los años 90s el SIDA mató a muchos de mis amigos y a buena parte de mi comunidad. De hecho, aún en nuestros días el VIH es una de las diez causas principales de muerte en el mundo, así que no podemos considerar que esa etapa se ha cerrado. Si hay algo que aprendí durante la epidemia del SIDA es que la gente se negaba a usar condones. Ciertamente, ninguno de nosotros desea cambiar su estilo de vida, o hacer algo que signifique una reducción del placer o la diversión.

Algo de esa tendencia veo surgir de nuevo ahora, que nos enfrenamos al novedoso coronavirus. De la misma manera que ante el VIH, las comunidades marginalizadas serán afectadas más directamente por este virus. Estas incluyen personas sin recursos, quienes no cuentan con un seguro de salud, a aquellos cuyo sistema inmunológico se encuentra comprometido de por si, y a los ciudadanos de mayor edad. Es doloroso ver que algunos que gozan de una situación desahogada restan importancia a la necesidad de una respuesta activa e informada ante la crisis, ya que ello interferiría de alguna forma con su estilo de vida.

Nicole Cardoza, fundadora de Yoga Foster y Reclamation Ventures, publicó un informativo artículo sobre este tema en Medium. Ella explica que, "la industria del bienestar (wellness) es la de mayor crecimiento mundial, y conforme nos acercamos a la segunda mitad del 2020 la rutina de ejercicio mas nueva y popular es el lavado de manos de 20 segundos. En apenas unas semanas el coronavirus ha desbancado a la industria del bienestar, desencadenando una rápida reevaluación de nuestra relación entre “salud y bienestar”, y “privilegio y acceso”. Si bien el coronavirus en si no es responsable por la desigualdades que existen en materia de bienestar, si está exacerbando esas divergencias al reflejar las injusticias sociales que persisten es esa industria– y en la sociedad.

Ahora el reto es pensar en los otros, en vez de sólo en nuestras necesidades, lo cual –de hecho– es la definición del karma yoga. Podemos considerar nuestra forma de reaccionar a los desafíos del momento como una oportunidad de practicar yoga en acción, de actuar pensando en el beneficio de los demás. Pero esto es muy difícil para los maestr@s de yoga cuando lo que es mejor para los estudiantes está tan poco claro. 

El yoga es un gran auxiliar para lidiar mejor con el estrés, la ansiedad y el miedo que muchos de nosotros, y nuestros estudiantes, estamos experimentando. Pero el yoga no nos va a proteger contra el virus. El yoga nos puede ayudar a mantenernos más calmad@s, y esto es esencial en este momento cuando el pánico reina a nivel mundial. Pero también debemos tomar responsabilidad por la salud y el bienestar de nuestros estudiantes en formas bastante prácticas.

Las noticias provenientes de China e Italia dejan muy claro que no basta con extremar medidas de higiene, y que el distanciamiento social es necesario para desacelerar la propagación del virus. De acuerdo con el CDC (Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos), “el distanciamiento social significa evitar aglomeraciones, evadir reuniones grupales, y mantener una distancia mínima de unos dos metros con otras personas si es posible.“ El reto que enfrentamos l@s maestr@s de yoga es que somos trabajador@s independientes y no contamos con recursos que nos permitan reducir nuestro numero de clases o cancelarlas. Pero eso es lo que estamos siendo llamados a hacer.

En un anuncio reciente, el Yoga Alliance sugirió que todas las formas de instrucción en persona deben ser canceladas para ayudar a prevenir la difusión del virus. “Yoga Alliance recomienda enérgicamente, para aquellas comunidades donde la distancia social es conducta requerida o norma comunal, que toda la instrucción en persona sea cancelada hasta que las medidas de distanciamiento social hayan sido levantadas, a cuyo tiempo evaluaremos si es seguro resumir la oferta de prácticas regulares o bien modificarlas.” Pueden consultar la página de información de Yoga Alliance en relación con el coronavirus

L@s maestr@s de Yoga Accesible normalmente trabajamos con poblaciones que son susceptibles de adquirir el virus, por lo que tenemos mayores responsabilidades y nos enfrentamos a la necesidad de tomar una serie de decisiones duras. Claramente cancelar clases es la manera de proceder, pero nuestr@s estudiantes podrían estar con ello expuestos a un aislamiento social aún mayor, lo cual puede repercutir seriamente en su condición médica. La otra opción es ofrecer las clases en línea, a lo cual muchos de nosotros nos orientamos rápidamente. Sin embargo, esto es un reto para los colegas que no cuentan con la tecnología que implica enseñar por internet, o para los estudiantes que no pueden acceder a clases en línea.

Amber Karnes y un grupo de voluntarios de Accessible Yoga han organizado una serie de fuentes de información para maestr@s relacionadas con el coronavirus: el COVID-19 Resource Guide for Yoga Teachers incluye las prácticas más adecuadas para enseñar en línea al igual que otros recursos que pueden ser útiles en este momento.

Amber y yo somos anfitriones en las conversaciones en Facebook Live que todos los días ofrecemos en nuestra página grupal Accessible Yoga Community. En ellas conversamos con lideres comunitarios y maestr@s sobre cómo responder a esta crisis. Este blog también ofrece una multitud de recursos para aquellos que quieren practicar yoga en casa, o que desean invertir parte de su tiempo estudiando nuevos aspectos del yoga; éstos están disponibles tanto para instructor@s como para practicantes.

Aún y cuando las redes sociales nos ocasionan a veces una sensación de separación, éstas ofrecen también el potencial de permitir que nos sintamos más conectados con otros. A lo mejor podemos aprovechar esta oportunidad para pensar sobre cómo podemos valernos de las redes sociales para construir conexiones y comunidades, usando estas plataformas para interacciones saludables y para apoyarnos mutuamente.

Esta nueva actitud podría iniciarse simplemente al reflexionar antes de responder a una publicación, o podría reflejarse en publicar preguntas que inviten a una discusión constructiva y educativa. También implica el ser cuidados@ y no difundir información falsa sobre el virus. Si no reconoces la fuente que la información, no la compartas, o investiga más para conocer el origen de los datos. Todos los artículos que son publicados en Facebook cuentan con un pequeño “I” icono en la esquina inferior izquierda. Este te dará acceso a la información sobre al fuente del material. 

Me pregunto si, al final, el distanciamiento social nos puede llevar a acercarnos. ¿Será posible que un desastre unifique al mundo al hacernos enfrentar juntos un reto compartido, y que nos lleve a abrirnos e identificarnos con la experiencia común que estamos viviendo? Por ahora, cada un@ necesita reflexionar sobre cómo nos vamos a protegernos a nosotr@s mism@s, a nuestras familias, a nuestr@s estudiantes, y a nuestras comunidades en general.


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