Saturday, July 4, 2020

Cualidades principales del Yoga, por Elizabeth Gibbs, traducción de Alma Durán

Elizabeth Gibbs
Con esta contribución inicio una serie que explora la amplia gama de características del yoga, sugiriendo prácticas que puedes incluir para que tus clases privadas y grupales sea más accesibles (ya sea sobre el tapete, con una silla, o combinando ambas técnicas)

por Elizabeth Gibbs



¿Cuáles son los atributos centrales del yoga y cómo integrarlos en tus clases? Me refiero a esas ventajas, características, propiedades, habilidades, o esencia, que son parte intrínseca del yoga. Ejemplos serían claridad, alineamiento, moderación, apertura, persistencia, integración, balance, satisfacción y entrega.

Podríamos pensar que se trata de particularidades externas, de metas que debemos perseguir por medio de trabajo. Pero no es así. Consideremos una frase del poema Augurios de Inocencia, de Robert Blake, en el que afirma que es posible “Mirar el mundo en un grano de arena.” Si somos ese grano de arena, somos también el mundo entero y todo lo que está en él, incluyendo los atributos principales que pueden ser encarnados. El yoga reconoce esto y sugiere que la forma en que vivimos nuestras vidas, con sus dichas y problemas, depende del grado en que comprendemos esa realidad y el cómo la ponemos en práctica.

Las cualidades que he mencionado arriba se dan tanto en formas benéficas como en versiones poco útiles. Por ejemplo, la apertura sin límites puede ser malsana, apresurada sería una entrega sin sabiduría, y la tenacidad sin balance puede llevar al agotamiento. Empero, cuando reflexionamos conscientemente sobre estas virtudes, contemplándolas desde la perspectiva de nuestra práctica del yoga, es mas probable que logremos expresarlas en grados positivos.

Por supuesto, esto es mas fácil decirlo que hacerlo, ya que el camino hacia la auto-realización es largo y con frecuencia arduo. Nuestra misión como maestr@s de yoga es encontrar formas de comprender esto, y el asistir a nuestros estudiantes en ese mismo proceso. Conectar las características nucleares del yoga a las prácticas de forma concreta es una forma efectiva de facilitar el que nuestros discípulos experimenten los aspectos más profundos de este arte. El proceso saca a la superficie algunos de los beneficios energéticos y psicológicos que, en realidad, son inherentes a la práctica. Aquí algunos ejemplos.

Asana: Anodea Judith, en su libro Chakra Yoga, ofrece Tadasana (Mountain Pose) como un efectivo medio para internalizar, percibir y sentir el principio básico del alineamiento físico y energético. Ella explica que cuando nuestro cuerpo está en línea vertical de pies a cabeza, nuestra anatomía energética (las chakras, por ejemplo) se alinea con la fisicalidad del cuerpo. Cuando l@s practicantes pueden sostener esta posición de forma presentemente relajada pueden sentir lo que es estar física y energéticamente bien balancead@.

Pranayama: En The Breathing Book, Donna Farhi sugiere utilizar la respiración en cuatro etapas –técnica que ella llama La Respiración Esencial– explorando la cualidad de entrega, o sea, observando que tanto podemos abandonarnos durante las pausas entre la inhalación e inhalación y viceversa.

Así se practica:

1. Siéntate en una posición cómoda.
2. Concentra tu atención en tu respiración.
3. Nota que al final de tu inhalación hay una breve pausa, o espacio, antes de que exhales.
4. Date cuenta de que al final de tu exhalación también hay una breve pausa, o espacio, antes de que inhales de nuevo.
5. Deja que tu respiración fluya normalmente, no trates de cambiar nada.
6. Simplemente observa el ir y venir de tu respiración esencial, natural.

Mudra: Podemos imaginarnos los mudras como un sistema de posicionamiento global para hacer realidad una virtud que deseamos cultivar. En Mudras for Healing and Transformation, Joseph y Lilian LePage resaltan la cualidad de integración, ampliamente definida como sentir y percibir que las partes otrora separadas de uno se unen, o integran con el Todo –lo cual es la meta final del yoga. A continuación las instrucciones sobre cómo explorar el Hakini Mudra (imagen arriba).

1. Siéntate con tu espalda confortablemente alineada, suavizando el área torácica y los hombros.
2. Posiciona tus manos, con las palmas de una viendo hacia la otra, a unos centímetros de distancia de tu plexo solar.
3. Permite que las puntas de tus dedos de la mano izquierda toquen sus iguales en la mano derecha.
4. Crea un poco de espacio entre tus manos, cual si estuvieras sosteniendo una pelota pequeña.
5. Relaja tus manos en tu regazo, dejando que el lado donde están tus dedos meñiques, tus muñecas y tus antebrazosdescansen en tus muslos o el área de tu vientre.
6. Cierra tus ojos, o mantenlos ligeramente abiertos y mira con suavidad hacia abajo en el piso.
7. Sostén el mudra mientras permaneces sentad@ calladamente por entre 2 y 5 minutos, depende de cuanto tiempo puedes estar cómod@.
8. Concéntrate en tu proceso de respiración normal.
9. Cuando desees terminar la práctica, deshaz el mudra y estira tu cuerpo de cualquier forma que te venga bien.

Podemos agregar una cualidad central del yoga a cada clase que diseñemos para nuestros alumnos sin importar su nivel de habilidad; se trata de que puedan experimentar el yoga más allá del puro nivel físico. Incorporar claramente una virtud esencial del yoga en una sesión requiere creatividad y flexibilidad. Tal como ya ha mencionado Carey Sims en su ensayo "Yoga and Advanced Aging: Teaching in Assisted Living, Skilled Nursing, and Memory Care Spaces, Part 1", publicado también en este blog:

“La mayor parte de mis clases tiene lugar en algo así como una sala de uso común, afuera de la cual casi siempre hay una energía enloquecida y caótica. Con frecuencia escuchamos la televisión que algún residente tiene a todo volumen, o a las enfermeras y demás trabajadores discutiendo bastante cerca de donde nosotros estamos. En otras ocasiones algún residente anda merodeando por aquí ansiosamente, o aparece algún familiar que desea llevarse a su pariente de la clase para ir a una cita médica.”

¡Esto es tan real! Ofrezco varias clases en ambientes así, y recientemente pasé por dos experiencias muy diferentes en un mismo día, en el que había decidido trabajar con la capacidad que tiene el yoga de permitirnos enraizarnos. Preparé una presentación de tres minutos, que finalizaba con un breve poema cuya intención era informar e inspirar. En la práctica, creatividad y flexibilidad fueron también requeridas –aquí les cuento cómo.

En un centro de rehabilitación bastante grande donde los pacientes están internados de manera permanente: A pesar de las distracciones, el hecho de que varios llegaron tarde y las vocalizaciones por parte de uno de los participantes –lo cual podría haber sido un síntoma del síndrome de Tourette– compartí la información que había preparado enfatizando la importancia de enraizarnos, o arraigarnos, en las posturas, durante los ejercicios de respiración y la relajación guiada. Una residente me abordó al final de la clase para comentarme que se dio cuenta de que necesitaba practicar más el arraigarse, ya que los sonidos la distrajeron ya que con frecuencia se sintió “fuera“ de ella misma durante la clase.

En un pequeño asilo que ofrece cuidados médicos, media hora mas tarde: Cuando llegué la energía del lugar era de distracción y un tanto distante. Dedicar tiempo a la parte educacional que había preparado parecía inapropiado, así que cambié de plan. Fijé mi intención internamente y la llevé a cabo durante toda la clase a través de mi selección de las posturas, el trabajo respiratorio, así como a través de comentarios que hice durante la práctica y durante la relajación guiada.

Se puede también incluir más de un atributo central en una sesión. Depende de quienes son tus estudiantes, cuales son sus requerimientos y tu habilidad para conducir la clase de tal forma que puedas satisfacer esas necesidades. Tomemos Balasana (la posición del niño) como ejemplo. De acuerdo con tu intención podrías explorar esta postura desde la óptica de diversas cualidades inherentes del yoga, como la entrega, el enraizarse, alineación, soporte, protección, o la capacidad de restauración. Podrías por ejemplo:

• Pedir a tus alumnos que sostengan la posición con la ayuda de soportes (props), para enfatizar la sensación de enraizamiento, protección, soporte o entrega.

• Guiar a tu grupo, paso por paso, en el proceso de entrar y salir de la posición para experimentar más la alineación física, u

• Ofrecer varias modificaciones, asistiendo a los estudiantes en el proceso de encontrar la que resulte más restaurativa para cada quien.

Al centrar tu atención en uno o más atributos centrales del yoga estarás ofreciendo a tus estudiantes la oportunidad de ahondar en su experiencia y, quizá, guiarles un poco en el camino de la auto-realización.


 Elizabeth (Beth) Gibbs, MA, C-IAYT, es terapeuta de yoga certificada por la International Association of Yoga Therapists, y miembro del profesorado de Kripalu School of Integrative Yoga Therapy. Obtuvo su grado de maestría en Yoga Therapy and Mind/Body Health en la Lesley University, en Cambridge, MA. Es autora de Ogi Bogi, The Elephant Yogi, un libro de yoga terapéutico para niños que se puede conseguir a través de su página de internet: www.proyogatherapeutics.com


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