Monday, August 31, 2020

Cualidades del Yoga 3: cultivando la gratitud


Esta contribución es parte de una serie que explora la amplia gama de características del yoga, sugiriendo prácticas que puedes incluir para que tus clases privadas y grupales sean más accesibles (ya sea sobre el tapete, con una silla, o combinando ambas técnicas).

Por Elizabeth Gibbs, traducción al español de Alma Durán


La gratitud se define como mostrar agradecimiento, o aprecio, por alguien o algo. Esta actitud nos ayuda a vivir con una mayor sensación de bienestar a pesar de los retos, dificultades y desencantos. Resultados de investigaciones científicas han comprobado que la práctica de la gratitud activa la producción de dopamina y serotonina en el cerebro, químicos que nos hacen sentir bien y que nos ayudan a generar una profunda sensación de satisfacción. ¡Vaya si esas son buenas noticias!

¿Cuánto dura ese efecto? La respuesta es: depende de la solidez con que practiquemos. Es como con el ejercicio, la alimentación sana y un estilo de vida saludable: para gozar de estabilidad en los beneficios necesitamos ejercitarnos de manera consistente.

Para aproximarnos a la práctica de la gratitud podemos partir de los Sutras de Patanjali, que nos ofrecen el concepto de niyamas, el segundo de ocho componentes que conlleva la práctica del yoga. Uno de esos niyamas es santosha, frecuentemente traducido como satisfacción. No debe sorprendernos que la gratitud y la satisfacción tengan mucho en común. De hecho son como dos gotas de agua. La gratitud puede ser vista como un aspecto mas sutil, una tonalidad particular, de santosha. En su libro The Secret Power of Yoga, Nishala Joy Devi nos ofrece el siguiente ejemplo:

“En el sur de la India hay una forma especial de expresar la gratitud sincera. En vez de “gracias”, las personas dicen “santosha” (estoy satisfech@).”

Una conducta agradecida nos puede llevar a sentirnos más satisfechos con quienes somos, lo que tenemos, y guiarnos hacia formas de cómo vivir con mas claridad y resiliencia, no obstante los desafíos, conflictos o desalientos que nos toque enfrentar. La actitud de agradecimiento nos ayuda a mantenernos centrados y a ser más pacíficos: no alterarnos tanto ante las dificultades diarias y las convulsiones cotidianas (que siempre aparecen), al mismo tiempo que no nos pondremos tan eufóric@s cuando las cosas salgan al 100% de cómo las queríamos (que es lo que siempre deseamos). Encontrar el punto medio no es siempre fácil, pero el cultivar la gratitud es una forma consciente de hallarlo con mas frecuencia.

Una búsqueda rápida en el internet revela muchas formas de practicar la gratitud. Encontré sitios con siete, 125, 29, 31 y 40 sugerencias. Éstas incluyen el nombrar cinco cosas por las que estás agradecid@ al despertarte y hacer lo mismo antes de irte a dormir, el llevar un diario donde anotes todo aquello por lo que estás agradecid@, o el seleccionar afirmaciones que puedes repetir mientras te lavas los dientes o preparas tu licuado del desayuno.

Puedes hacer tu búsqueda propia o probar algunas de las siguientes sugerencias que puedes realizar en tu tapete, en una silla, o en cualquier momento que tengas oportunidad del día. Yo practico las tres.

Agradecimiento por la respiración

Cuando estamos enferm@s o sufrimos alguna limitación física puede ser difícil generar una actitud de agradecimiento por nuestros cuerpos. Sin embargo, mientras estemos vivos, siempre podremos sentir gratitud por el hecho de respirar. El coordinar conscientemente la respiración y el movimiento es una práctica muy profunda. Tomar una respiración y la mismo tiempo levantar un brazo o una pierna puede ser una experiencia de empoderamiento. Exhalar mientras bajamos un brazo o una pierna puede generar una relajante liberación. Está a nuestro alcance el conscientemente estar agradecid@s por cada respiración y cada movimiento que logramos hacemos. Si parte del cuerpo o la totalidad está inmóvil podemos concentrarnos en el movimiento de la respiración, dando las gracias por cada inhalación y cada exhalación.

Los Upanishads son una colección de textos védicos que presentan la sabiduría espiritual de la India. Datan de más de 2,000 años. El Taittiriya Upanishad reconoce la importancia de agradecer cada respiración, como vemos en la siguiente cita:

“Hombre y mujer, bestia y ave, viven gracias a la respiración.
Por ello, la respiración es conocida como el verdadero signo de la vida.
Es la fuerza vital en cada uno de nosotros
Que determina cuánto vamos a vivir.
Quienes contemplan su respiración como un regalo del Señor
Vivirán una vida completa”

—The Upanishads, traducción de Eknath Easwaran

En El Gran Libro de la Respiración, Donna Farhi nos da mas razones para valorar nuestra respiración: “La respiración afecta tus sistemas respiratorio, cardiovascular, neurológico, gastrointestinal, muscular y psicológico; así mismo, influencia de manera general tu sueño, tu memoria, tu nivel de energía y tu concentración."

Respiramos, ya sea que pongamos atención a este proceso o no. Cuando traemos nuestra consciencia y atención a ello, tornamos algo otrora mecánico en una eficaz herramienta para cultivar la gratitud. Comparto aquí una poderosa práctica.

Práctica de gratitud por la respiración

1. Encuentra una posición cómoda, ya sea sentad@ o acostad@.
2. Pon toda tu atención en tu respiración.
3. Empieza a notar las cuatro partes del proceso de respiración:
  • La inhalación y una pequeña pausa antes de que exhales
  • La exhalación y una pequeña pausa antes de que inhales
4. Permite que el aire entre y salga de manera natural.
5. Mentalmente di “gracias” al inhalar; repítelo al exhalar.
6. Disfruta de tres a cinco minutos de esta practica en que observas las cuatro partes de tu respiración normal y das gracias de forma consciente por ella.

Afirmaciones

Las afirmaciones son declaraciones positivas que nos ayudan a reforzar estados mentales productivos y sensaciones de bienestar. Si las repetimos con frecuencia nos pueden ayudar a crea una visión mas optimista del futuro. Puedes considerarlas como una especie de ejercicio para la mente. Las afirmaciones son breves y se formulan en el tiempo presente: “Soy/estoy”, en vez de “Seré/estaré.”

Aquí un ejemplo de una afirmación para cultivar la gratitud: “Gracias por todo. No tengo ninguna queja.” Esta afirmación es atribuida a Sono, una mujer maestra de Zen que vivió hace unos 150 años. La uso porque me ayuda a sentirme agradecida y feliz.

Gratitud que surge como palomitas de maíz

Esta es una de mis prácticas diarias favoritas. No importa que tan ocupada esté, siempre encuentro un momento para hacer una pausa observando lo que me rodea. Invariablemente, algo aparece en mi consciente por lo que puedo estar agradecida –es como el “pop” que hacen las palomitas de maíz cuando se abren. Algunos ejemplos a continuación:

Después de varios días fríos y nublados, el sol sale y la luminosidad que se extiende en el cielo aligera mi estado de ánimo. Siento una enorme gratitud por el sol. Sonrío y susurro: “Gracias.”

Como buena perfeccionista en proceso de rehabilitación, tengo una larga lista de cosas que hacer y mi mente me dice: “¡Hazlo todo!” Cuando eso pasa, siento una gran ansiedad. Hago una pausa, me centro en mi respiración, y me pregunto como está mi cuerpo. Lo puedo escuchar que me dice: “Edita, elimina cosas de tu lista. Corta. Corta.” Cuando escucho a esa voz que me protege (no siempre lo hago: sigo esforzándome, como todos) empiezo a actuar de forma mas capaz y respetuosa, aceptando en mi lista de cosas para hacer solo tres elementos al día. La ansiedad disminuye. Sonrío y susurro “Gracias.”

A veces veo en las noticias algún reportaje sobre alguien que sufre por alguna seria condición física. Reflexiono sobre mi propia salud la cual, en realidad, es buena a pesar de los pequeños dolores, achaques o enfermedad crónicas pero no peligrosas. Sonrío y murmuro: “Gracias.”

Así que ya sabes como obtener tu propia bolsita de palomitas de maíz para tu bienestar en cualquier momento. Varias veces al día tomate una pausa y observa lo que está pasando a tu alrededor. Si lo haces, siempre habrá algo que hará “pop” en tu consciente y por lo que puedes al estar agradecid@. Luego, sonríe y susurra “Gracias.”

Comparto contigo una cita que me ayuda a recordar lo importante que es cultivar la gratitud:
“Un corazón agradecido es como un océano que permanece tranquilo a pesar de las tormentas”— Anónimo

Deja que la gratitud sea el barco que te lleva por una tranquila travesía. Santosha.


Elizabeth (Beth) Gibbs, MA, C-IAYT, es terapeuta de yoga certificada por la International Association of Yoga Therapists, y miembro del profesorado de Kripalu School of Integrative Yoga Therapy. Obtuvo su grado de maestría en Yoga Therapy and Mind/Body Health en la Lesley University, en Cambridge, MA. Es autora de Ogi Bogi, The Elephant Yogi, un libro de yoga terapéutico para niños que se puede conseguir a través de su página de internet: www.proyogatherapeutics.com

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This article, "Core Qualities of Yoga, Part 3: Attitude of Gratitude," was previously posted in English.

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